La vida nos sorprende. Trae nuevas personas, y se lleva a algunas otras. Pero siempre es un camino oscuro, un camino que no nos deja ver el final. Nos tiene ahí, siempre con la espectativa. Nos hace funcionar por ganas, decidimos por insertidumbre. Y acá estamos, viviendo. Dandonos cuenta que cuando nos muestran mucho el camino iluminado preferimos hacer nuestros propios caminos. Todos somos un poco locos. Pero sobre todo mientras caminamos vamos dejando nuestra huellita de pintura, nuestra pista de migas; y quizas alguien pueda seguirnos...