La mujer tiene fuerzas que maravillan a los hombres. Aguantan dificultades, llevan grandes cargas, pero tienen felicidad, amor y dicha. Sonríen cuando quieren gritar. Cantan cuando quieren llorar. Lloran cuando están felices y ríen cuando están nerviosas. Luchan por lo que creen. No aceptan un “no” como respuesta cuando ellas saben que hay una solución mejor. Aman incondicionalmente, triunfan y se alegran cuando sus amistades consiguen premios. Su corazón se rompe cuando muere una amiga. Saben que un beso y un abrazo pueden ayudar a curar un corazón roto. La mujer viene en todos tamaños, en todos colores y en todas figuras. Van a manejar, volar, caminar, correr o mandarte un mensaje para demostrarte cuanto le importas. El corazón de las mujeres es lo que mantiene moviéndose al mundo. Sin embargo, hay un defecto en la mujer: se le olvida cuánto vale.