A veces hay muchas cosas que nos hacen volver a nuestra aventura de niñas ¡Asì es! A esa misma niña la cual jugaba con toda mi inocencia, me reía, brincaba, y solo quería podría sobrellevar mis ideas a otra dimensión, la cual desaparecio despues que pasamos el puente, quisiera coger mi maleta, mi conejo de peluche y hacer de cuenta que me voy, que desaparezco; tendía a enojarme, cruzar los brazos, y decirle mama me voy, y me quedaba envuelta hasta que me dormía sentada y enojada por que mi hermano no quería jugar conmigo, hasta que viniera papa, me cargara y me llevara alzando a dormir, me tapaba, me daba un beso, y me decía que pronto alguien me iba a entender las aventuras de mi niñez. (Creo que todavía sigo siendo una niña porque no he encontrado persona que me sepa entender, y ponerse en mi lugar)