Estar enamorada, es un sentimiento tan único, tan especial, tan irreal, tan extraño, tan raro, tan tan tan y más tanes, que es difícil explicarlo. Si intentaría escribir algo sobre lo enamorada que estoy o todas las ganas y fuerzas de amar que tengo no podría, escribiría millones de palabras sueltas, desparramadas todas por un papel, no tendrían coherencia, ni siquiera tendrían conectores, estarían tan mal expresadas que dificultaría el entendimiento, hasta el mio propio. ¿Saben porque digo esto? Porque estar enamorada es eso, un desorden de sentimientos que no podemos ni nosotros mismos ponerlos en su lugar, ordenarlos. Es un quilombo de emociones. Pero aparte de toda esta raresa de estar enamorada... es tan hermoso, sentís que el amor vale más que cualquier cosa y que es el que te acompaña estés donde estés y seas como seas. Reír, llorar, saltar, gritar, ser feliz... todo eso es lo que más provoca el amor. El amor es algo tan inexplicable que ojala nunca se encuentren palabras o algo para expresarlo... porque perdería su magia, ya no seria amor... el amor se caracteriza por ser un sentimiento extraño, hermoso y fuerte. Y si sabríamos siempre como demostrarlo perderíamos esa curiosidad de buscar más y más para darlo a entender. Perderíamos esas ansias de querer enseñarle al otro todo lo que sentimos o pensamos. Esas ganas de amar más y más y todas las fuerzas que esto nos da. Gracias al amor podemos hacer millones de cosas que en nuestras putas vidas pensamos hacer. Gracias al amor aprendemos a valorar, aprendemos a dar mucho más de lo normal. Por amor decimos y hacemos cualquier cosa, a través del amor nacen los impulsos, los buenos y los malos. El amor trae tantas sorpresas y tanta energía que es eso lo que nos lleva a no querer entender el verdadero significado de este sentimiento. Una vez más pienso que tal vez lo que escribí no se entiende o tal vez ni coherencia tenga, repito... es inexplicable, es difícil, es raro, es casi como algo irreal, como un sueño que buscamos que se haga realidad y cuando se hace, estamos tan metidos en querer más y más que tal vez... ni nos damos cuenta... de que el amor... tocó nuestra puerta